lunes, 3 de agosto de 2015

Función expresiva de la lengua

Tomando como referencia los postulados sobre el funcionamiento de la comunicación en acuerdo con sus elementos, y revisando el modelo publicado en el post anterior, se tiene que el punto de partida para el análisis de la lengua, según Roman Jakobson, es su valor expresivo. 

La función emotiva o expresiva define las relaciones entre el mensaje y el emisor. Genera una actitud directa entre el sujeto respecto de aquello que dice. Hay una codificación que se da en concordancia con las actitudes cognoscitivas: objetivo-racional y subjetivo-afectiva. Aquí se producen entonces códigos que demuestran variantes estilísticas y valores connotativos que muestran a su vez una condición estética diferenciada. 

Desde el punto de vista del conocimiento, la formulación estética no es una expresión que se aplica a lo "bello" sino en general a lo sensible, a lo concreto, a lo percibible, según la idea de "estética" sensorial originada en Baumgarten, Kant y luego llevada a lo expresivo. Una forma de materialización de eso es el signo icónico, que suele ser analógico, arbitrario y homológico. Y debido a su carácter iconográfico los signos estéticos son más convencionales que los signos lógicos, por lo cual son más socializados. 

Este tema de la convencionalidad y socialidad del signo va a trascender el hecho expresivo del lenguaje, por lo que se estudia aparte dentro del campo de la semiótica. El carácter convencional permite distinguir sistemas de comunicación más estructurados, como los retóricos o los poéticos, en los que al final subyacen los valores propios de cada cultura, mostrada en la expresión del mensaje del emisor, como partida de todo el proceso.


  
     

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