miércoles, 18 de mayo de 2016

La semántica del objeto (2)

El tema del OBJETO como hecho que va más allá de su realidad física y función, es interesante en el campo de la comunicación (y paralelos, como el arte) porque busca comprender la realización perceptible ya no como pragmatismo sino como simbolismo. Es así entonces que a cualquier "cosa" que se le pueda dar significado la podemos entender como objeto. Es en esta dirección que Roland Barthes trabaja la semántica del objeto.

De hecho, parte de la idea de que cualquiera sea, su sentido supera al de su utilidad. Inclusive los "objetos inútiles", al final terminan cumpliendo una función bien sea estética, bien sea de significación: algo representan. Siempre el sentido termina desbordando el uso. Un ejemplo: el teléfono celular. El uso, por más complejo que sea, está definido y es entendible. Pero su semántica va más allá: un celular dice muchísimas otras cosas, desde los gustos y estilos de los usuarios, hasta sus capacidades económicas, pasando por sus intereses, grupos sociales, conocimientos e historia.  Es por esto, por su trascendencia más allá de lo funcional, que Barthes afirma que todo objeto es, además, un signo.

En principio esto sucede porque el objeto termina convirtiéndose en el signo de su propia función, por natural ampliación, y luego porque son expresiones cuyo origen es humano, con la carga comunicacional que ello implica. Esto también aceptando que todo signo es una cosa que está en lugar de otra, bien sea por convención o por extensión. Entonces destaca Barthes que como todo signo, el objeto se encuentra en la encrucijada de dos coordenadas, de dos definiciones: una simbólica y otra taxonómica. Entender cada una y analizarlas bajo el punto de vista semántico es clave para la comprensión de esta formulación semiológica, que seguiremos viendo en la siguiente publicación.


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