jueves, 19 de mayo de 2016

La semántica del objeto (3)

Para Roland Barthes, el OBJETO entendido como hecho o cosa semántica, tal como lo señala en La aventura semiológica (de 1985), tiene dos coordenadas definitorias. Una que él llama "simbólica" y otra "taxonómica". Ambas contribuyen a la semantización de los objetos. 

En el primer caso, se afirma que todo objeto tiene una profundidad metafórica, que remite a un significado. Eso se aplica tanto a las cosas como a los hechos: hay acciones, costumbres, artefactos que remiten a ideas o a imágenes. Así, por ejemplo, un lámpara puede significar la noche, lo nocturno, pero también lo íntimo, lo romántico lo hogareño, lo estilizado... siempre algo más que su función. Un publicidad de pastas, puede hacer referencia al sabor, al gusto, al placer, o a su vez a la italianidad, la familia o a un estilo de vida. En este sentido se aplica el principio básico de todo signo, que contiene dos elementos: un significante y un significado. Los objetos entonces conjugan esta estructura semiológica.

En el segundo caso, también según Barthes, nos encontramos con una coordenada taxonómica, entendiendo taxonomía como la ciencia de las clasificaciones. Nuestras culturas albergan, consciente o inconscientemente, cierta clasificación objetual que nos es sugerida o impuesta por las tradiciones y las funciones de cada cosa. Por ejemplo, es importante saber cómo clasificar los objetos (según usos, formas, funciones, tamaños, sentidos) para ordenarlos o agruparlos según intereses o utilidades prácticas. En las industrias es importante saber dónde van, donde se guardan, donde se usan piezas o artefactos, para hacer eficiente su manejo. Adoptar criterios de clasificación es válido para todo: desde las palabras de un diccionario hasta un catálogo de una empresa. Es también una forma de semantizar o dar sentido.

Una vez aceptado que el objeto es, por lo antes visto, siempre un signo, definido por dos coordenadas (una profunda y simbólica y una extensa de identificación y clasificación), se puede establecer el sistema semántico del objeto, más allá de lo evidente. Los significantes son unidades materiales, como en todos los sistemas de signos, que implican un lado simbólico y otro informativo, asociado con la técnica o la practicidad. ¿Existen objetos fuera del sentido? Según Barthes es posible en un caso extremo, pero hay que entender entonces la descomposición ideal del objeto, que veremos en la próxima publicación.


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