domingo, 12 de junio de 2016

Imagen racional, imagen expresiva (y 4)

Hay muchas formas de analizar, comprender, estudiar y clasificar las imágenes, en particular las imágenes visuales o imagramas. Una de esas clasificaciones propone que hay dos formas de entenderlas según su función: en racionales y expresivas. Como ya se indicó, las racionales apelan al proceso explicativo, en tanto las expresivas destacan el hecho sensitivo. Sin duda esta división no es radical, puesto que en las imágenes consideradas expresivas puede haber un factor racional y viceversa. Ninguna imagen es absoluta en ningún aspecto, desde el momento en que pasa por la subjetividad de su creador (aún sea esta documental o testimonial) y por la de su perceptor (con sus condiciones sociales y culturales). Pero sin duda son claves en la comunicación.

La referencia al contexto social y a la actualidad, hacen que la comprensión de la imagen sea compleja. La tecnología digital ha convertido a las imágenes en omnipresentes, sea cual sea su origen, fin y función. Los repertorios de signos y significados, comunes a los emisores y perceptores, se modifican incesantemente. Los mensajes visuales pueden tener amplitud, complejidad y duraciones muy variables, así como una diversa valoración estética. 

Más aún cuando se puede admitir una función adicional a la expresiva y a la racional, válida para ambas formas, que es la función que Anne Marie Thibault-Laulan llama "conativa". Esta idea, paralela en alguna forma a las ideas de Abraham Moles y de Roland Barthes, es también interesante para comprender el valor comunicacional de la imagen, tema que será tratado en la próxima publicación.




      

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