miércoles, 14 de diciembre de 2016

Edad moderna, modernismo e historia (3)

La modernidad (que no la Edad Moderna) tiene una serie de características culturales, conceptuales y estéticas, que le dan validez de continuidad por cerca de 80 años, a pesar de lo disimiles que pueden parecer algunas de sus manifestaciones. Como es el período que nos antecede, y cuya influencia sigue estando cerca, es importante analizarlo y comprenderlo para saber de donde venimos y a donde vamos.    

Un hecho interesante es ver cómo se enfrenta la estética desde un nuevo punto conceptual; en las artes visuales, por ejemplo, se modifican los patrones perceptivos y representativos. En la literatura se asumen nuevas formas de expresión, redacción y de temática, enfrentando la realidad de manera novedosa. En la arquitectura, los elementos espaciales se reformulan, los factores ornamentales se cambian o se desechan y el funcionalismo adquiere un peso nuevo. Para entender esto hay que seguir la secuencia de cambios que se dieron entre 1880 y 1965, período que puede considerarse el de la verdadera modernidad.

Hacia las dos últimas décadas de S.XIX, las transformaciones tecnológicas, sociales y mediáticas (aparecen la fotografía, el telégrafo, el fonógrafo, el cinematógrafo y la radiofonía, además de la expansión de los medios impresos en Occidente), cambian patrones culturales. El impresionismo da paso al post y neo impresionismo, con las figuras premonitorias de Paul Cezanne y Edvard Munch, además de Gustav Klimt o Alphonse Mucha; la poesía se renueva en la pluma de Rubén Darío, en tanto en la literatura destacan James Joyce, Franz Kafka y Marcel Proust -entre otros-; en música Claude Debussy o Igor Stravinsky. En escultura Hermann Obrist y en arquitectura Antoni Gaudi y Victor Horta, por nombrar solo dos. En gran medida los artistas de este lapso se basan en las ideas estéticas de John Ruskin y William Morris. La intención era crear un arte nuevo, libre, joven y actual, que ellos consideraban -justamente- moderno. 

Esta etapa de primera modernidad, conocida también como Art Nouveau en algunas de sus manifestaciones, tiene como quiebre el inicio de la Gran Guerra (La Primera Guerra Mundial) entre 1914 y 1918. Durante estas décadas hay un lenguaje inspirado en la naturaleza estilizada, uso de líneas curvas y asimétricas, motivos exóticos y temas reflexivos. Es una movimiento cultural general, que se expande por toda Europa, en todas las disciplinas artísticas, y que luego llegará a América y otros continentes gracias a la difusión en gran escala, impulsada por la reproducción y la mediatización, que va a devenir en un cambio más radical que se notará durante las décadas siguientes, como veremos en la siguiente publicación.
  
Monumento escultórico por Hermann Obrist

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