miércoles, 28 de junio de 2017

Deconstructivismo y digitalismo

El concepto de la Deconstrucción como modelo de análisis de la realidad y sistema de construcción de la misma, tanto en la comunicación como en las artes y la arquitectura, tiene una conexión con la informática a través de la aplicación de tecnologías digitales que, precisamente, basan su aplicación en la deconstrucción y reconstrucción de la realidad. Es curioso que estas propuestas deconstructivas, que nacen al amparo de la posmodernidad finisecular, se liguen a la tecnología digital que hoy en día imperan en el mundo. 

En el caso de la arquitectura, el posmodernismo que se incubó a finales de 1960 fué mostrando obras con un nuevo lenguaje, una nueva crítica, a veces paródica, que generó polémicas en el campo del diseño arquitectónico. Mientras, la computación se integró a éste último, con la aparición de los programas de CAD (Computer asisted design), siendo el más conocido el AutoCAD, que permitió el desarrollo visual en tres dimensiones de formas muy complejas, lo que abrió las puertas a la creación de volumenes y espacios absolutamente innovadores. El trabajo con ordenadores, aunado a las nuevas técnicas de construcción y materiales revolucionarios, sirvió de impulso a la edificación de obras inéditas en la historia de la arquitectura.

Los pioneros en este estilo son los arquitectos Philip Johnson, Peter Eisenman, Frank Ghery, Daniel Libeskind, Christian de Portzamparc, Bernard Tschumi (entre varios otros más contemporáneos), y el deconstructivismo se ha mostrado en edificios de todas partes del mundo, desde las obras olímpicas de Pekín en 2008 hasta los museos de ciudades tan distantes como Bilbao, Los Ángeles y Ciudad de Panamá, creaciones de Frank Ghery. Siguiendo las propuestas de los arquitectos posmodernos en las décadas de 1970 y 1980,  el movimiento deconstructivista hoy posee diversas características surgidas de ese momento, entre las que se pueden destacar el intento por liberar la arquitectura de las reglas modernas, o más que eso, de las reglas en su totalidad; los teóricos creen que no hay un único molde para crear la buena arquitectura, por lo que entonces esta no debe ser reglamentada. Otro punto, que tiene que ver con la semiótica, es que los deconstructivistas se oponen al racionalismo del lenguaje, dado que los espacios poseen más de un significado y un uso, cada quien interpreta de su manera: no es cierto que la forma sigue la función.

El digitalismo, es decir, el uso de la herramienta digital, ha expandido las posibilidades del diseño arquitectónico, cosa que conjugada con ideas nuevas sobre construcción, espacio, dinamismo y forma, ha derivado en esta manera especial de diseñar y producir edificios, que por sus características suelen ser únicos y casi escandalosos. Aún es pronto para saber las consecuencias de este estilo, y cuánto tiempo durará.    






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