jueves, 8 de junio de 2017

Posverdad, posmodernidad

La post-modernidad (o simplemente posmodernidad, como ya está aceptado), es la reacción cultural contra los valores y parámetros de la modernidad y el modernismo, que se gestó a finales de 1960 y que tuvo su apogeo entre la década de 1980 y 1990, hasta que el digitalismo cambió muchas de todas sus posturas. No obstante, aún sigue habiendo un pensamiento posmo, con consecuencias impredecibles, como el concepto de "posverdad". 

La Posverdad o "mentira emotiva" (Post-truth en inglés) es un fenómeno que afirma o promueve ciertos hechos sin cuestionar si son verdaderos o falsos, importando sólo sus consecuencias emocionales. De alguna manera, esta palabra sirve para señalar una tendencia en la creación de argumentos y discursos, que se caracteriza por partir de la suposición de que la objetividad importa mucho menos que el modo en el que lo que se afirma encaja con el sistema de creencias que sentimos como nuestro, y que nos hace sentir bien. La posverdad supone un emborronamiento de la frontera entre la verdad y la mentira, y crea una tercera categoría distinta a las dos anteriores. Una en la que un hecho, ficticio o no, es aceptado de antemano por el simple hecho de encajar con nuestros esquemas mentales.

En otras palabras, es ver la verdad o la mentira como algo relativo, ligadas a lo que se han llamdo "hechos alternativos", que en esencia es ver lo que es falso como cierto, en función de los intereses y condiciones de quienes se afectan o benefician por estos hechos. Lo clave en este caso es que ahora se cuenta con un poderoso aparato mediático y propagandístico, que respalda estas "verdades falsas", y que se enfoca en hacer que esas falsedades parezcan explicar la realidad o, al menos, que esos hechos no parezcan mentiras. A fin de cuentas, para que algo sea un hecho alternativo necesita algo que le dé impulso y que le permita generar un discurso paralelo a la realidad sin generar una evidente contradicción. Este fenómeno se está haciendo característico de las sociedades contemporáneas (aunque tratar de torcer la verdad y convertir mentiras en certezas es muy antiguo), y el mundo digital está contribuyendo a esto casi inevitablemente. En la próxima publicación, veremos cómo se materializan estas posverdades y cuales son sus consecuencias. 


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