domingo, 20 de agosto de 2017

Deixismo

Ya en publicaciones anteriores, hablé de la deixis en la lingüística y en la comunicación visual (http://ciberestetica.blogspot.com/2014/11/deixis-visual.html y http://ciberestetica.blogspot.com/2014/11/mas-sobre-la-deixis-visual.html). Se entiende por deixis a la función de algunos elementos lingüísticos, que consiste en señalar o mostrar una persona, un lugar o un tiempo exteriores al discurso u otros elementos del discurso o presentes solo en la memoria. Es un acto o hecho de referenciación. Los medios de comunicación tecnológicos de alguna manera son pivotes de esta acción, puesto que la interacción a distancia entre interlocutores se realiza indirectamente. Se entiende como deixismo a esa forma de relación mediada entre públicos y los medios de comunicación.

Esta idea es apoyada por algunos teóricos como John Durham Peters, que pone como ejemplo la radio para mostrar cómo se aplica esta noción más allá de la lingüística. Cuando un animador, locutor, presentador emite sus mensaje a través de la emisión radiofónica, debe hacer siempre referencia a elementos que no están visibles a la mayoría de la audiencia, y el público construye sus mensajes sobre la base de procesos asociativos indirectos. 

Pero más contradictorio aún, es que los perceptores pueden responder al mensaje verbal o físicamente, sin que el locutor se de por enterado. Salvo por formas de comunicación indirectas (la llamada telefónica, los mensajes por redes sociales), no hay manera de establecer una respuesta accesible. El escucha puede disentir, aprobar, insultar e incluso gritarle al emisor sin que pueda producirse interlocución alguna. Esta es una forma de deixismo. Pasa en la misma medida con los medios visuales, audiovisuales o digitales. Salvo que haya una conexión directa entre quien comunica y quien responde (y se establezca una comunicación paritaria), lo que queda como relación es una forma deíctica: construcciones semánticas indirectas que dependen del contexto. 

Esto trae contradicciones no resueltas en la comunicación. Durham remarca estas preguntas:  ¿Qué grado de compromiso tiene una relación que carece de contrato de reciprocidad? ¿Qué tipo de obligación moral o política puede imponer un contacto etéreo? ¿Qué es la comunicación sin cuerpo ni presencia? Estas muy buenas preguntas pueden hacerse aún hoy en la época de tecnologías multimedia, redes sociales y ciberespacio. El deixismo sigue modelando nuestra comunicación contemporánea.


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